Mi primer trabajo

Aún cursando mi carrera de informática, tuve mi primer trabajo como programador. En ese tiempo lo único que quería era probar mis habilidades y enfrentarme a la realidad. Quería programar. Con el tiempo, me fui dando cuenta, que si bien me encantaba programar, no podía ser eficiente y disfrutarlo completamente. Los clientes con los que trabajaba no sabían lo que querían, habían constantes cambios de opinión o nuestro jefe de proyecto prometía cosas ridículas que nos costaba mucho trabajo hacer a un precio muy bajo. Siempre terminábamos peleando sobre qué es lo que prometimos, qué es lo que entregamos y qué es lo que falta. Pasaba la mayoría del proyecto rehaciendo trabajo y en un constante miedo de no cumplir con lo prometido, Aún que yo no lo hubiera prometido.

En ese momento de mi carrera, me di cuenta que para programar mejor, tenía que solucionar la gestión de proyectos. En mi opinión el problema era entre el que nos decía que hacer (el jefe de proyectos, JP) y el que lo pedía (el cliente). Era evidente para mi que también nuestras estimaciones estaban constantemente jugándonos en contra, debido a que siempre resultaban erradas. Mi reflexión era que los JP necesitaban más trasfondo técnico para poder adelantar problemas y nosotros necesitábamos controlar mejor los tiempos. Así fue como comencé a investigar sobre gestión de proyectos y me encontré con la agilidad y me cambió completamente la perspectiva sobre el problema. Durante este periodo nunca dejé de programar, ya que todo era en el nombre de poder programar de la mejor manera posible.

Aprender de gestión de proyectos me hizo mejor developer y luego ponerlo en práctica y liderar proyectos me hizo aún mejor developer.

Mientras más dudas respondo, más preguntas encuentro

Pero aún no podría descansar en la programación. Comencé a ver problemas que afectaban a la gestión de proyectos de la manera como queríamos implementarla, especialmente la venta de proyectos. Muchos de los cambios que queríamos hacer para gestionar los proyectos ágiles se tornaban complejos y rugosos por barreras de presupuesto o por criterios en contratos que ya estaban firmados.

Hay veces que como developer te enteras de los problemas comerciales y aprendes a odiar a los vendedores, pero hay otras en que quedas completamente escudado y nunca entiendes como pueden hacer las cosas tan mal en gestión. Habiendo tenido experiencia en gestión y además en desarrollo, pude superar estos sesgos y llegar a un entendimiento mucho más profundo de cómo las malas decisiones comerciales afectan el flujo completo del producto. Lamentablemente la parte comercial no es tan abierta como la gestión y hay que romper barreras políticas y de jerarquías de poder para lograr siquiera recolectar información sobre cómo funciona. Pero ese ejercicio político luego sirve para que cuando tengas la información puedas influir en cambiarla.

Esto tomó tiempo, harto tiempo, y cuando comenzaba a entender, tuve que cambiar de empresa. Pensaba que empezaría todo de nuevo. En mi caso, afortunadamente encontré una empresa mucho más abierta y que comercialmente no cometía tantos errores. Pude dedicarme a desarrollar relativamente tranquilo, Aún que gracias a lo aprendido, pude ir superando de manera sencilla problemas que antes se me hubieran hecho insufribles.

Ahora que queremos hacer crecer la empresa y el equipo, todas estas experiencias anteriores se me hacen más relevantes que nunca. Los músculos ya están ejercitados y si bien demanda tiempo y creatividad no me impide seguir programando.

Nada fue en vano

A pesar que durante todos estos años he dedicado mucha energía y tiempo a aprender y practicar cosas que no tienen que ver directamente con mi área de estudio ni con lo que me gusta hacer, hay algo que recién estoy notando al hacer la retrospectiva del año o quizás de los últimos 4 años.

Los éxitos técnicos que he tenido, los buenos desarrollos y las buenas soluciones que he hecho, han sido en gran parte porque he podido comunicarme muy bien con el cliente y con mis pares de liderazgo tanto en proyecto como en negocio para tomar buenas decisiones, o porque he podido ser elocuente en expresar mis puntos e intenciones. Sin eso no habría podido tener tiempo o la tranquilidad de hacer esas funcionalidades y a veces siquiera hubiéramos podido hacer lo que creíamos era lo correcto.

También puedo recordar varias veces que debido esta comunicación evitamos perder mucho dinero haciendo algo que el cliente no quería ni necesitaba, haciendo algo que el contrato no justificaba o encontrando entre todos una opción completamente distinta a lo que hasta el momento se había considerado y que que hacía más sentido bajo todas las restricciones.

En mi experiencia es difícil encontrar otros developers que entiendan el valor de estas habilidades. Yo por cierto, jamás las hubiera buscado si no lo hubiera visto necesario, pero jamás me imaginé que fuera un factor tan crítico en mi desarrollo profesional.